sábado, noviembre 27, 2004

La oreja derecha.


Este señor de apenas 30 años sufría de insomnio. Los médicos le recetaron todo tipo de drogas para que pudiera conciliar el sueño, pero nada.
Sus ganas de dormir eran tales que con el tiempo se fue volviendo loco, perdió a sus amigos, a su familia. Todos se le alejaban por sus insoportables delirios.
El tipo que no podía dormir contaba siempre la misma historia en la cual adjudicaba su incapacidad para dormir a un accidente que tubo en la adolescencia; en dicho accidente perdió por completo su oreja derecha quedando sordo de la misma. Pero por las noches mientras intenta dormir escucha llantos de pequeñas niñas ultrajadas, solo por su oreja derecha.
Jamás comprendió de que oreja estaba sordo y jamás nadie le creyó esta historia